Acoplar y volver a ganar

Tras tres partidos, cero goles marcados y ningún punto en el casillero, en el Deportivo Alavés la situación empieza a verse algo crítica. Plantilla en su mayoría nueva, con Luis Zubeldía como técnico –rookie en LaLiga– y con falta de entendimiento en el juego como puntos a destacar. La permanencia y luchar -quizás- por entrar en UEFA Europa League era el objetivo para el conjunto vitoriano, pero vista la situación, el objetivo pasa a ser sencillamente el primero.

Tampoco es fácil comenzar una temporada con nueva plantilla prácticamente año tras año. El conjunto blanquiazul, con Mauricio Pellegrino en la 16/17, logró un meritorio puesto entre los diez mejores, así como llegar a la final de Copa del Rey tras derrotar a su último rival en LaLiga: El RC Celta de Vigo. De aquella plantilla histórica a la de hoy se han producido al menos 10 bajas, y algunas muy sensibles, como fueron la de Marcos Llorente, Théo Hernández, Deyverson, Édgar Méndez, Camarasa, Kiko Femenía o Zouhair Feddal entre otros. Para suplirles, llegaron a Vitoria Tomás Pina, Alfonso Pedraza, Bojan, Munir, Medrán, Wakaso, Enzo Zidane y Burgui entre otros muchos. Algunos de ellos como Bojan, Munir y Medrán, llegaron en la última ventana del mercado, y todavía no se han adaptado al estilo de Zubeldía.

Pedraza, de lo más destacable de este inicio de Liga del Alavés

Mauricio Pellegrino y ‘su Alavés’ destacaron por un estilo similar al que intenta implantar el nuevo míster, pero lo cierto es que las bajas y las nuevas piezas no encajan de la misma manera por el momento. Lógico en parte, ya que como bien decíamos no es fácil encajar tantos refuerzos de golpe y aún menos si llegan tarde a la plantilla.

Aquel Alavés de la 16/17 destacó por su fortaleza defensiva, recuperación y contragolpe. Con balón, sencillos, pero sin él rocosos y organizados. Su principal punto fuerte fue su defensa toda la temporada. Todos recordarán la línea de atrás con Théo Hernández, Zouhair Feddal, Laguardia y Femenía. Centrales duros, rocosos, buenos por alto, y dos puñales en banda, para contragolpear sin piedad. En esta figura, destacó el ahora jugador del Real Madrid: Théo Hernández, con sus galopadas en banda, potente disparo y polivalencia. Por delante, Marcos Llorente, un auténtico ‘box to box’ que ahora está de vuelta también en el conjunto de la capital. Llorente era el eje de aquella estructura de Pellegrino. En marcas defensivas y en recuperación, una efectividad abrumadora, y en creación un altísimo porcentaje de acierto en pase. Allí además encontró el socio ideal, con el capitán Manu García en el doble pivote y un organizador de tres cuartos de campo delante, como Camarasa.

Pero no todo es ganar defendiendo. Camarasa, con Ibai y Édgar en bandas aportaron trabajo, velocidad y técnica. La referencia arriba, un Deyverson que todo lo luchaba y ganaba por alto. Trabajo y sacrificio para lograr un fútbol efectivo y desde la nada. Pellegrino acopló piezas nuevas, jugadores sin experiencia tan siquiera en Segunda División e ideó un equipo para el recuerdo.

Sin embargo, ese trabajo ahora recae en Zubeldía. Pina debe ser su nuevo Llorente (recuperando el juego por dentro, «ausente» en el último compromiso liguero), Pedraza -con su nuevo rol- su Théo y recuperar el nivel de algunos jugadores, así como algunos lesionados como Laguardia. Enzo Zidane es la nueva apuesta de 2ªB, como lo fue Llorente. Bojan y Munir la experiencia en Primera como lo fueron Camarasa y Deyverson. Y atrás -aunque más complicado- Alexis deberá alcanzar el nivel de un Feddal que ahora es eje de la zaga en el nuevo Real Betis de Quique Setién. Tiempo, paciencia, acople… sí, pero para que todo carbure también se necesitan resultados. Toca volver a ganar.

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